lunes, 8 de marzo de 2010

La Jiribilla. Cuba















La Habana
del
11 al 21 de
FEBRERO de 2010









EL MUNDO DE Patricia Knopf y Silvina Mansilla
“Para qué quiero pies si tengo alas”
Rachel Domínguez • La Habana

Un día dos músico-terapeutas graduadas en la Universidad de Buenos Aires conocieron a unos jóvenes muy especiales. Ellos, por disímiles circunstancias, habían encontrado a León Gieco —el Bob Dylan argentino—, cantautor y alma principal del proyecto Mundo Alas, quien además los había sumado a sus espectáculos, donde cantaban, bailaban y pintaban con él.






Estas mujeres comenzaron a preguntarse entonces por qué siempre pensamos que “el otro” es diferente, asumiendo un esquema de lo que se considera “normal” que no está escrito ni legislado en ninguna parte. Pero, ¿quiénes son los diferentes?, ¿los discapacitados? Y en todo caso, ¿discapacitados para qué? Luego de una serie de conciertos junto con León y Mundo Alas ―un documental que no es nada menos que un monumento a la sensibilidad humana― surgió Cuento con alas.
Abogo por la corta presentación. Patricia Knopf y Silvina Masilla son las autoras de este libro. Han formado parte de las cátedras de Sicología Educacional y Audioperceptiva, respectivamente. También han publicado trabajos en diferentes jornadas de investigación y conceptualización de la práctica. La obra, además, tiene una versión en braille y un “libro parlante”, como le denominan al CD que reproduce lo escrito en las voces de sus propios protagonistas.
A partir de aquí ellas tienen la palabra.







El proyecto comenzó de un modo sencillo, con una serie de conciertos convocados por León Gieco; y luego se realizó el documental, ¿cómo surge la idea del libro?
Patricia: Nosotras conocíamos a León y habíamos visto a los chicos con él en algunos escenarios. Desde el inicio nos pareció interesante descubrir qué había detrás de todos ellos aparte de subirse a bailar, a cantar o pintar. Queríamos saber cuáles eran sus motivaciones, qué los había llevado hasta allí, por eso le propusimos a León que nos presentara a estos amigos. Así fue como conocimos personalmente a cada uno de ellos. Éramos las amigas de León y él fue como nuestra carta de presentación. Comenzamos el viaje, ellos viven en diferentes sitios de la Argentina. Conocimos a sus familias y empezamos el proyecto.
Silvina: A mitad de ese proceso en el que estábamos investigando se hizo el primer concierto de todos juntos en la Casa de Gobierno: un recital donde por fin nos reunimos, en agosto de 2006, a poco más de medio año de haber empezado las entrevistas.
Ustedes tuvieron que recopilar muchísima información para este volumen, ¿cómo fue el proceso de selección, de lo que se quedaba y lo que no?
Patricia
: No fue un trabajo sencillo porque tuvimos varias entrevistas con cada uno de ellos. Teníamos que lograr un clima de intimidad para que pudieran abrirse y contaran con sinceridad sus historias.
Silvina: Desde el comienzo decidimos que el libro tenía que ser muy apegado a lo que nos dijeran, a la historia de cada uno. En algunas historias vamos narrando la situación, pero se preserva bastante el testimonio, la cita textual de lo que grabamos. Nuestra idea era que fuese muy simple, muy claro, y que la escritura estuviera apoyada en lo que ellos tenían para contar. Escribimos para crear un ambiente familiar y tratar de describir sus entornos. Al final también hacemos una conclusión y algunas reflexiones sobre el tema, pero siempre nos basamos en su palabra.





Se trata de un título con características especiales. Digamos que no es muy comercial, ¿cómo lograron encontrar una editorial que estuviera dispuesta a publicarlo?
Patricia: La verdad es que no fue tan fácil porque como es nuestro primer trabajo, no conocíamos mucho ese mundo y estábamos bastante inseguras en ese terreno. En la editorial Lumen, este libro pertenece a una colección llamada Azul, que trata sobre temas de la mente, el cuerpo y la salud. A las directoras de esta colección las conocíamos de la Facultad en la Universidad, habíamos tenido ya alguna aproximación y desde el inicio se interesaron y aceptaron el proyecto.




¿Calificarían a Cuento con alas como un libro de autoayuda?
Silvina
: Este no es un libro de autoayuda. En este tipo de textos siempre subyace la idea de que todo es fácil, que siguiendo diez consejos ya uno tiene todo resuelto. Ojalá fuera tan fácil la vida. Leyendo las historias de estos chicos uno se puede dar cuenta de que es justamente lo contrario, es muy compleja. En la vida de sus padres hay mucho trabajo y mucha creatividad para sostener y acompañar el desarrollo de sus hijos. No es de ninguna manera un libro de autoayuda, aunque sí creemos que tiene un mensaje.
Patricia: Sin embargo, puede servir a personas que estén pasando por situaciones similares.
Silvina: Pero no en el sentido de que las personas puedan encontrar allí la solución a todos los problemas, sino en el de escuchar el testimonio de alguien que se enfrentó a situaciones adversas en cada etapa de su vida, y que encontró una vía ―en cada caso diferente―para cambiar su realidad. Entonces sí tiene esa enseñanza, cada uno de ellos eligió ser dueño de su destino. Ese es un mensaje destinado a cualquier persona, no solo a las que tienen alguna discapacidad. Cada uno es responsable de su vida. Hay un punto en el que hay que elegir y hacerse cargo de esa decisión, pero además hay que intentar hacerlo con creatividad y alegría, porque no porque sea complejo tiene que ser apesadumbrado. Otra idea que nos parece también una especie de mensaje es que la adversidad repliega a las personas y a veces pareciera que están solas frente a determinadas cosas. Sin embargo, salir adelante junto con otros resulta algo positivo casi siempre. Eso es válido para todo el mundo.
Las personas que se dedican a escribir ―las que lo han hecho siempre y las que lo hacen por primera vez―, necesitan alejarse de sus apasionamientos y subjetividades para lograr un resultado de calidad, ¿cómo fue este proceso para ustedes?
Silvina
: No sabíamos si lo habíamos logrado. A medida que fueron saliendo los textos los íbamos consultando con León y con Eva Giberti y observábamos cómo lo tomaban los demás. Fue siempre un trabajo en grupo. El filo de caer en la sensiblería, y de que el libro no resulte un golpe bajo, como decimos en Argentina, es importante tenerlo siempre vigilado. Realmente es emocionante lo que estos muchachos cuentan y tratamos de cuidar todo el tiempo ese aspecto.
El libro ha sido presentado en varias ocasiones y en disímiles lugares, ¿cómo ha sido la recepción de estas historias?
Patricia: Creo que las personas lo han recepcionado muy bien. Hemos recibido muchos comentarios positivos sobre el mensaje que contiene, sobre lo que van sintiendo a medida que lo leen.
Silvina: El libro también nos ha permitido usarlo como pretexto para generar encuentros con instituciones, con profesionales y juntarnos a reflexionar sobre la situación. Estos intercambios han generado otros proyectos similares al de Mundo Alas. Asociaciones de profesionales nos han invitado a participar en algunas charlas, a organizar eventos y a juntarse para armar redes. Porque allá también hay muchas experiencias que son muy fuertes, de familias y de profesionales que están aislados. Armar esas redes es también una consecuencia de lo que ha generado el libro.
Ahora que Cuento con alas está terminado, gracias a un esfuerzo conjunto, ¿ha resultado como ustedes lo esperaban?
Patricia
: Lo hicimos de la mejor forma que pudimos. Las personas con las que consultábamos, incluido León, iban haciendo de correctores. Por otro lado, él se enteraba de un montón de cosas que no sabía sobre los chicos, sobre sus historias personales.
Silvina: Todo escrito que se hace contra fecha de entrega, se logra con un resultado; es mejor trabajar así. Como hay una fecha para entregarlo, tienes que aceptar hasta donde has logrado, y proponerte que la próxima vez lo harás mejor. Hay cosas, como estas charlas, a las que hemos podido darle otra vuelta después. Llegó el momento de publicar y quedamos conformes con el resultado.

domingo, 7 de marzo de 2010

Feria Internacional del Libro.
La Habana. Cuba
Febrero 2010








sábado, 6 de marzo de 2010

CUBA




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